Durante el camino de vuelta desde el Glaciar no hice fotos.
Llovía intermitentemente, y todo el camino, que a la ída había sido en descenso, a la vuelta se convirtió en una interminable subida...
Para evitar coger frío, como me había ocurrido unos días antes, iba muy abrigado; demasiado, como me hizo notar en Ricardo en cierto momento...
Después de quitarme algo de ropa, conseguí mantener un buen ritmo, y como no paramos a comer por la lluvia, fui tirando sin sacar la cámara.
Durante el descenso, la vista era impresionante, como puede verse en la foto.
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