Una constante de buena parte de este trekking fueron las charcas de agua cristalina que encontramos. Grandes o pequeñas, estaban por todas partes.
No había peces, renacuajos, ni insectos, por lo que supongo que aparecen y desaparecen con las precipitaciones.
El fondo estaba formado por cascotes de piedras de aristas afiladas, que contrastaban con las formas redondeadas por las hierbas de los márgenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario