lunes, 30 de junio de 2008

20070916 Volviendo a Igaliko

Uno de los problemas de que no haya caminos es que a veces llegas a un punto en el que parece que no es posible continuar... El grupo estaba parado al borde de lo que parecía un acantilado, pero no parecía que hubiera manera de bajar sin paracaidas.

Antonio -el guía- sin embargo, vio un camino por el que descender. Así que le seguimos, a él y a sus bueno, vamos tirando para no enfriarnos, eh? y sus piano, piano, de vuelta a Igaliko.

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