Aquella noche, con lluvia, no había posibilidad de ver auroras.
Pero alguien se le ocurrió poner conectar el reproductor MP3 al equipo de música del albergue, y poco a poco se organizó una fiesta espontánea.
Cristina hizo una demostración de danza del vientre, y la cosa se fue animando... Rafa e Iñaki decidieron probar qué tal se les daba...
En breve aparecieron una petaca con tequila y una cantimplora con orujo...
Resultado: Igaliko party!!!
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